10 de septiembre de 2007

¿La Escuela está preparada?

(Continuación de “Los chicos del S.XXI”)

El aprendizaje se ha convertido en un reto de por vida...Como la nueva economía es una economía del conocimiento, el aprendizaje forma parte de la actividad económica cotidiana y de la vida, y tanto las empresas como los individuos han descubierto que tienen que asumir la responsabilidad de aprender, simplemente si quieren funcionar.” (1)
Venimos hablando de que el impacto de las TIC determina los grandes cambios a que está sometida la Educación, particularmente en las aulas donde se desarrollan los procesos educativos. Estos cambios se concretan en:

  • El cambio de énfasis de la enseñanza hacia el aprendizaje.
  • El cambio del papel del maestro: de expositor y poseedor del saber a guía y a administrador de medios.
  • El cambio en los contenidos: de los datos se pasa al conocimiento, supondría un cambio en las estrategias educativas.
  • El cambio del libro de texto por una cultura multimedia (múltiples recursos, maneras de codificar la realidad e interactuar con ella, facilitar la experimentación).
  • El cambio de actitud por parte del alumno: de ser un receptor pasivo de mensajes emitidos en forma unidireccional por el profesor, se convierte en protagonista activo de sus propios aprendizajes y en un emisor capaz de utilizar los medios para comunicarse y expresarse.
  • El cambio en la educación aquí y ahora, a una desincronización de la misma (en el tiempo y en el espacio). Se podrá aprender en distintos momentos y en lugares diferentes: “Un ciudadano activo de cualquier país desarrollado se encontrará ligado a ese universo a través de un cable o de una antena parabólica –o un terminal inalámbrico cercano a un repetidor- Gracias a esas ataduras podrá sentirse miembro de una comunidad ampliada y muchas veces virtual, con límites geográficos difusos o inexistentes, jerarquías sociales por establecer y normas por estatuir”. (1)

Ante estos cambios, me pregunto si la Escuela está preparada, si puede llevar adelante este reto tecnológico. Y obviamente, un reto que va mas allá de la aplicación de las TIC como un mero recurso novedoso, sostificado, llamativo y moderno, sino planteando un cambio que supere esas fronteras y conlleve a una nueva forma de enseñar y aprender. Para Escotet (1992): “La Escuela no ha cambiado, su esencia se mantiene intacta. Su estructura refleja la misma concepción que siglos antes. Los maestros continúan dando las mismas clases y los alumnos recibiendo las mismas enseñanzas de los maestros. Sólo cambia la cosmética. El pizarrón y la tiza, algunas veces, no siempre, se reemplaza por un retroproyector, o por un televisor, o por un ordenador. Y lo que es más grave, es que aún con estos cambios de cosmética, lo hacemos muchas veces peor. Tendemos a confundir permanentemente los contenidos con los instrumentos.
Creo que no hay mejores palabras para definir la situación, que las que usa Escotet, muchas veces por querer aplicar “lo último de lo último”, se deja de lado que sólo se trata de herramientas y que un cambio en el proceso enseñanza-aprendizaje es mas profundo, trasciende a las nuevas herramientas.
La idea es, saber aplicar las TIC, sacarle provecho. Integrarlas a la educación, ya no sólo como transmisoras de información. Y para esto es necesario un cambio radical en la Escuela, redefiniendo el paradigma educativo para que se aproveche al máximo los beneficios del progreso tecnológico. Y esto, ES POSIBLE.



Las herramientas existen, solo hace falta predisposición, colaboración y preparación necesaria por parte de aquellas personas esenciales en el proceso de enseñanza-aprendizaje:
- quienes deberán implementar y llevar adelante este cambio, como lo son los docentes,
- los alumnos, protagonistas de este nuevo paradigma,
- y las familias que deberán acompañar y brindar colaboración tanto al profesorado como a los alumnos; pero por sobretodo es fundamental el apoyo, la asistencia, el aval y el recurso económico que el Estado debe brindar, garantizando y resguardando un buen despliegue de las nuevas estrategias educativas (sin descuidar formación docente, el incentivo al alumnado, la preparación y mantenimiento de las instalaciones físicas, etc).

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Citas y Fuentes:

(1) Cebrián J.L., La red. Cómo cambiarán nuestras vidas los nuevos medios de comunicación (1998)

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