Como hemos visto hasta aquí, los cambios y avances en lo tecnológico, se dan acompañados de cambios culturales. El paradigma educativo no puede quedar al margen de estos cambios sociales, sino que debe valerse de ellos y “sacarle jugo” a todas las herramientas y oportunidades que se presenten, para un mejor proceso de enseñanza/aprendizaje. Debe revisarse desde el concepto de la razón de ser de Escuela (y demás centros de enseñanza), hasta las formas y métodos de enseñar, las infraestructuras y recursos requeridos, su organización y los contenidos necesarios para la formación de personas en la “era digital”.
Se trata de una incorporación de las TIC de manera enriquecedora, para mejorar el proceso educativo. Es importante aprender DE, CON y SOBRE las TIC. Sin caer en su uso por ser recursos novedosos, “de moda” o una simple modificación en la presentación de las clases, sino que se trata de una visión más intensa, que va más allá del manejo de herramientas informáticas, y que llega a un cambio en la forma de pensar, aprender, aprehender, investigar, otro modo de ver el mundo.
Y para que esto no quede en palabras, los docentes juegan un papel importante; un buen aprendizaje requiere de un buen maestro, aportando su predisposición al nuevo paradigma, preparándose y adecuándose a las TIC, aplicando las técnicas adecuadas, seleccionando y evaluando los recursos y el software educativo apropiado e incentivando a los alumnos. Porque muchas veces se cuenta con la infraestructura adecuada y los últimos recursos, pero no se pueden aprovechar óptimamente debido a la ineficiente preparación del plantel docente.
El alumno también modifica su rol, ya no es un mero receptor y memorizador de información, sino que comenzará a trabajar activamente en la generación de sus propios conocimientos.
Hemos visto hasta aquí que las ventajas de las TIC son casi innumerables (interés, motivación, participación e iniciativa, interacción, rapidez, menor costo, actividades cooperativas, trabajos interdisciplinarios, autoaprendizaje, mayor cantidad de información, nuevos entornos, flexibilidad, etc., etc., etc.). El empleo de las TIC puede acarrear desventajas (desorientación informativa, estrategias del mínimo esfuerzo, distracción, diálogos más rígidos, aislamiento, problemas con las propias TIC, etc.), pero tampoco podemos ser extremistas y ver todo de color negro. Se trata entonces, no sólo implementar esta nueva forma de enseñanza/aprendizaje, sino también saber controlar y supervisar su uso. Únicamente empleándolas de modo adecuado podremos experimentar qué es lo que tienen las TIC de provechoso.
Por otro lado, es clara la necesidad de analizar la situación dentro del contexto social actual, para evitar caer en una utopía, esta visión nos hace mirar al nuevo paradigma educativo realmente como un verdadero reto, ya que debemos considerar la crisis que afecta a los países latinoamericanos, golpeando duramente al sector educativo. No podemos negar que hay mucho para hacer. Pero vemos, en contraposición el aporte de quienes pueden brindar soluciones y estrategias para poder hacer de las TIC y la educación un DERECHO para todos. Afortunadamente muchos grupos, ONGs, empresas, inversiones, organizaciones gubernamentales y programas han colaborado y apoyado a la “nueva educación” en los últimos tiempos, permitiéndonos creer que, ser subdesarrollados, no es un obstáculo imposible de derrumbar.
Esta temática se hace difícil de concluir de manera determinante. Consideramos entonces, que la convergencia entre Educación y Tecnología es la clave para ingresar a la “Sociedad de la Información”, solo nos resta decir que tenemos las “nuevas tecnologías a nuestro alcance… ¿sabremos aprovecharlas?”